Hace ya algunos años que la cocina, afortunadamente, salió de la retaguardia. Los chefs, sus platos, sus técnicas y su manera de trabajar se metieron en el salón de nuestras casas para explicarnos que la comida es capaz de emocionar y explicar historias. Está presentación en sociedad coincidió con la revolución culinaria más importante de los últimos años, la de la cocina de vanguardia.

Quizás uno de los que se echaron al ruedo público con menos vergüenza y más decisión fue Ferran Adrià. Él, que precisamente tenía uno de los discursos más complejos y rompedores de explicar, se convirtió en un chef sin miedo a los medios de comunicación, sin miedo a explicar su filosofía.

Todo empezó con la famosa portada del The New York Times Magazine en 2003, y a ella le han seguido entrevistas, reportajes, crónicas, libros y también documentales.

De todos, me atrevería a decir que el género documental es el que le permite a la cocina hacer su mejor concierto. Rock’n’roll en estado puro. Audio-visual. Los cocineros se explican, entendemos la elaboración de un plato, vemos el proceso creativo, el trabajo en equipo, las cocinas en movimiento… Toda una gozada para los apasionados de lo gastronómico y también para los profanos. El documental (un género hecho de realidad) permite descubrir que detrás de una esferificación hay gente normal. Y es a partir de esa unión con la realidad cuando los documentales nos demuestran que la cocina está directamente ligada con las emociones.

Entre los directores que han intentado acercarnos al mundo de Ferran Adrià están David Pujol o Gereon Wetzel. Y también Albert Adrià! Su hermano dirigió “Un día en elBulli. El mejor restaurante del mundo”. Era el 2008, elBulli era el mejor restaurante del mundo y Albert decidió ponerse detrás de la cámara para explicarnos como 70 personas trabajan durante una jornada para servir un menú a 50 comensales. Espectáculo, naturalidad, pasión, perfección… pero apenas vemos a Albert Adrià. De hecho, sólo aparece en segundo plano en una secuencia de unos cinco segundos.

¿Por qué Albert decidió quedarse detrás de la cámara? Confesó que le gusta mucho el cine y le encantaba la idea de dirigir el documental. Los que lo conocen añaden que es un hombre tímido, que no lleva demasiado bien la relación con los medios y él mismo se define como un outsider. Ahora, sin embargo, se pone delante de la cámara: él es el protagonista de su propio documental.

Constructing Albert es la primera oportunidad de descubrir, finalmente, quien es Albert Adrià.

 

Constructing Albert TEASER d04 ESP from Trueday Films on Vimeo.

Por su apellido sabemos que es hermano de Ferran, y que se ha movido en las cocinas de elBulli y en su taller desde 1985. Pero lo que queremos conocer ahora es su historia ya que a pesar de su discreción, Albert es coautor de la revolución de la cocina de vanguardia.

«Yo lo que quería hacer eran pimientos del Padrón»

Esta frase encendió el interruptor de Constructing Albert, producido por UNTO y TRUEDAY FILMS. Jordi Luque Sanz, uno de los creadores del documental, me confiesa que también les llamo mucho la atención que «a principios del 2000 dejara elBulli a media temporada para ir a pescar mejillones, a causa del stress. Alguien capaz de hacer un cambio así me parece interesante». Les impactó saber que Albert nunca quiso ser socio de elBulli cuando el restaurante estaba en su mejor momento. «Me impresiona», continua Jordi, «que, aunque haya materializado buena parte de los conceptos culinarios de elBulli siempre haya deseado estar alejado de los medios».

Y entonces, ¿por qué ahora ha dejado que le dediquen un documental? Está claro que llega en un momento de máxima creatividad y que Albert se ha propuesto un reto digno de capitán Popeye: abrir, entre 2013 y 2015, 5 restaurantes muy diferentes entre sí en Barcelona. Albert está a la cabeza de proyectos tan interesantes como el Tickets, Niño Viejo, Pakta… Trabajador nato, empresario y cocinero, a todo esto sin haber estado nunca en una escuela de cocina.

El proyecto ha necesitado 2 años de rodaje y la idea es que surjan dos montajes. Uno de 60 minutos para la televisión y otro de 90 para las salas de cines y los festivales. Con el calendario de estreno puesto a mediados de 2015, el documental está ahora en plena campaña para buscar financiación con Verkami. Toda una gozada poder ser micro mecenas con esta idea porque ayuda a difundir una manera de entender la gastronomía y contribuye a continuar un cambio importante en la actitud gastronómica de nuestro país. Constructing Albert es (como dice la tarjeta de presentación de  UNTO) “agitación gastronómica”. Y con la aportación, recompensas tan atractivas como unas pinzas Made in elBulli, el libro con todas las tapas del restaurante Tickets o tener mesa asegurada (sin esperas) en Pakta.

Disfrutaremos, seguro, viendo la cocina de Albert en movimiento, y descubriremos qué tiene que explicarnos y qué podemos aprender de su historia, como entiende su trabajo y cuáles son sus contradicciones. “Albert es una persona llena de enigmas” dicen los creadores del documental.

Contando los días para discovering Albert.