Casa Palet, la casa de todos

casapalet6

Mini hamburguesa Casa Palet. Sabor maxi.

Àlex Palet se dedicó a observar tipos de interés, activos y pasivos durante 20 años hasta que la bolsa se convirtió en rutina. Ahora, desde hace 7, vigila que todo lo que se sirva en estas mesas sea motivo de satisfacción. Rendimiento neto, podría llamarse. Este ex broker es ahora el propietario junto con su primo Enric de Casa Palet, un negocio familiar que fundó su abuelo Josep el 1920 y que después pasó a manos de su tío. Àlex se entusiasma con su trabajo, «cada día es como jugar un partido de futbol. Tienes que ganar con cada cliente».

Detrás de él, 94 años de historia. Casa Palet era una tienda de barrio, un pequeño establecimiento en la calle Laforja de Barcelona. Estantes de madera donde se colocaban botes de conservas, garbanzos, tomate frito, pasta seca y pimientos del piquillo. Un mostrador. Detrás, vino de bota y aceites. También productos frescos, buena charcutería, fruta y verdura. La nueva casa Palet ha conservado los quesos franceses y españoles, el buen jamón, vinos a muy buen precio y otros más caros, y también las conservas. Y ha añadido un lugar para la degustación. La tienda se convirtió en tienda-restaurante, y esto convirtió Casa Palet en casa de todos.

Primero, en marzo del 2009, asomaron las mesas en el altillo del local, daba la sensación que este era un restaurante clandestino, apenas visible. Sólo aquellos que conocían bien el lugar sabían que allí se servían comidas. Mesas y mantel. Y aunque parece que vaya a ser un espacio agobiante, el ambiente es agradable y sugerente. Fue hace un par de años cuando Casa Palet salió de la retaguardia. Àlex colocó justo en la entrada del local mesas altas y barras de marmol y taburetes con un enorme ventanal a la calle. La remodelación en la parte de abajo ha dejado un lugar informal, pulcro y luminoso. Esta fue la clave de su éxito: dar luz al lugar, presentarlo en sociedad. Subrayar sin miedo que Casa Palet es mucho más que una tienda de “queviures”. Es un excelente restaurante.

Casa Palet. Restaurante. Barcelona

Tienda y restaurante. Dos en uno.

El protagonista sigue siendo el cliente. Ahora viene buscando buena comida, tradicional, sin pretensiones, sin historias. Àlex Palet lo repite como una oración: «Comer bien». Confiesa que estaba harto de ir a restaurantes, pagar muchísimo y recibir muy mala calidad. “La gente come aquí como comería en su casa. Y ya saben a lo que vienen”. Buen producto y precios ajustados. Comer a la carta ronda los 25 euros.

Un establecimiento que ha ido ganando clientes nuevos. La mayoría lo descubren gracias al boca-oreja y después de comer una tortilla de bacalao descubren que esta también puede ser su casa. Y los que ya lo saben, continúan viniendo. Para todos Casa Palet es la casa que da buena comida, que trata con cariño y que te acoge con emoción. El éxito es tal que en unos meses abrirán otra casa Palet en las Corts.

Àlex no es un experto en gastronomía, viene del mundo de las finanzas, pero quizás por esta razón supo en que invertir cuando decidió apostar por Casa Palet, «una buena cocina y buenas manos, gente que quisiera cocinar muy bien», asegura. Demuestra saber de lo que habla cuando se trata de buenos productos y de lo que hace feliz a la gente que los visita. «Disfrutad», repite sin excepción.

La carta ofrece delicias frías: ahumados, quesos, ostras del Delta, cecina de buey, ensalada del huerto… otras calientes, de tierra y de mar, como huevos estrellados con foie, fingers de pollo, mejillones de roca, pulpo a la gallega o pescadito de playa. Y también platazos como las manitas de cerdo ibérico, el rabo de buey, la fideuá, el solomillo de ternera y su hamburguesa a la piedra, que se elige por el peso según cuantas personas vayan a comer. Todos los clientes cantan sus excelencias. Es su plato estrella. Si la idea es la opción vegetariana, opciones tenemos… pero son las menos.

 casapalet3

Debían ser sus dotes de conversación los que cotizaban al alza en su época de hombre de finanzas, porque las tiene. De la mayoría de los clientes que entraron ese mediodía, sabía los nombres, y de algunos hasta lo que se habían dejado por probar la última vez. La conversación se entrelaza de forma natural con sus platos. Tapa de ensaladilla, planes de viajes, salmón ahumado, la tormenta de la noche pasada, bocadillo de calamares, «venga, pruébalo que seguro que te gustará»…. hasta se le oye explicar el secreto de un buen pulpo a la gallega. Un amigo de la familia se sienta en la barra en su pausa de trabajo y toma una tapita de ensaladilla y un agua. «Invita la casa». Hasta abruma tanta familiaridad.

Llega mi turno. Una copa de Verdejo. Pruebo la ensaladilla rusa, patata picada con tenedor, mayonesa, atún y un ingrediente secreto que no se distinguir (ni me quieren rebelar). Mi fotografía de la ensaladilla me dice que falta alguna cosa. Pero no, no le falta nada. Es excelente. Tan diferente y tan buena que no parece una ensaladilla. Después, llegan los tomates, carnosos, con unas láminas de cebolla casi transparentes y bonito en conserva. Un buen aceite, pizca de sal y listo. La clave, tomate-tomate, éste de Barbastro. Otra vez, no falta nada más.

La introducción de los calientes es una croqueta de ibérico, con trocitos del susodicho jamón, y un sabor intenso. Bien frita, crujiente por fuera y consistente por dentro. Riquísima.

Àlex me dice que el siguiente plato los ha hecho famoso. «Tortilla de bacalao con pimientos». «¿Pensaba que era la hamburguesa a la piedra?», le digo yo. «Y éste también», replica. Con su aroma y el primer bocado, lo entiendo. Una tortilla que es pura jugosidad, que te hace sentir en casa. El bacalao está muy presente, los pimientos verdes y la cebolla lo acompañan a la perfección, pero todo parece como parte de una misma masa ligada por el huevo. Lo único que le puedo recriminar a la tortilla es que el sofrito lo tuve bien presente durante toda la tarde.

El remate llega con la mini hamburguesa, que por la excelente calidad de la carne interpreto que debe ser la misma que la de la homónima de más gramos que les ha hecho conocidos. Acompañan la grandiosa carne un también mini panecillo redondo y suave, cebolla caramelizada y un queso que con el primer bocado no se acaba de entender. Con los siguientes, ya sí. El porqué del queso no es su sabor (que efectivamente, es muy suave) sino el efecto de ligarlo todo una vez en la boca. Esto es disfrutar, lo que Àlex no para de repetir a sus clientes. En otras palabras, 90% de felicidad.

El jefe del cotarro me anima a probar la mousse de queso mascarpone con sorbete de limón y apio. Me confiesa que el sorbete viene de Sandro Desii, un fabricante italiano de helados artesanos. La combinación es gloria bendita. Dulce-ácido, cremoso-terroso, frio-semifrío. Traslado mi fascinación a la gente de las mesas cercanas y como todo queda en casa, lo recomiendo y lo piden.

Casa Palet. Resturante Barcelona

Mousse de mascarpone con sorbete de apio.

Revisando mentalmente el recorrido por esta tienda-degustación saboreo la patata-patata, el tomate-tomate, la croqueta-croqueta, la tortilla-tortilla y la hamburguesa-hamburguesa. Y entre plato y plato, conversación e historias cercanas. No hay complicaciones, hay sencillez pero excelentemente trabajada, porque la sencillez también pide calidad. Y así es como se convierte este lugar en algo más que la casa de la familia Palet. Quizás eso es lo que perseguía Àlex cuando decidió dejar la bolsa por este negocio familiar: conectar estas mesas con las mesas de las casas de los que venimos aquí a comer, porque así comeríamos y así lo haríamos.

Casa Palet 

Calle Laforja, 9. Barcelona.
932 18 53 09
http://www.casapalet.com/

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Collita del 91

Blog gastronòmic i visual

In the Mood for Food

Gastronomía, recetas, alimentos, restaurantes, productos culinarios... desde Barcelona

Tramussos d'Àfrica

Menjar i gaudir

Omacatladas

Blog gastronómico de Rubén Galdón

Bocados de cultura

La gastronomía, con otros ingredientes

Curious Cook

La gastronomia és memòria, bàlsam i cultura. Té la capacitat de crear concòrdia i fer-nos perdre el món de vista. En els temps que corren, hauria de cotitzar a l'alça. Aquí trobareu alguns textos i molts àudios de tot el que vaig fent relacionat amb les coses del menjar.

El Chef ha muerto

Literatura negra gastronómica

Gastronosfera

La gastronomia és memòria, bàlsam i cultura. Té la capacitat de crear concòrdia i fer-nos perdre el món de vista. En els temps que corren, hauria de cotitzar a l'alça. Aquí trobareu alguns textos i molts àudios de tot el que vaig fent relacionat amb les coses del menjar.

jordiluque.com/

Otro sitio más de WordPress.com

A %d blogueros les gusta esto: